miércoles, 11 de marzo de 2015

Libros leídos 2015 (3): Infiel – Joyce Carol Oates


Título original: Faithless: Tales of tansgression

Sello: Alfaguara

552 páginas


Sinopsis: Veintiún relatos intensos y provocadores en los que Oates disecciona la psicología humana y su potencial para el bien y el mal con una fuerza estremecedora. Un recorrido por el lado más oscuro del alma humana, de la mano de una de las escritoras que mejor conocen los recovecos del terror, la violencia y el misterio.


El subtítulo de esta colección de relatos de la norteamericana Joyce Carol Oates es Historias de transgresión. Según el diccionario de la Rae, transgresión viene de la acción de transgredir –nunca lo hubiera imaginado, sabios intelectuales de la Rae-,al pedir la definición de esta última palabra, me encuentro con lo siguiente:

transgredir.
(Del lat. transgrĕdi).
1.    tr. Quebrantar, violar un precepto, ley o estatuto.

Podría decirse que en esto se resume esta excelente  antología de relatos. El quebrantamiento de todas las normas y leyes establecidas y no me refiero solamente a la parte sexual, que juega un papel muy importante ya sea de manera implícita o explícita en la mayoría de estos relatos, sino las leyes de la cordura y lo racional en donde sus personajes se dejan arrastrar bajo la espiral de sus instintos, obsesiones y bajas pasiones.    

El libro se divide en tres partes y aunque a primera vista pareciera que no hay un orden claro en ésta, podría pensar que yo lo he encontrado. En la primera parte se habla de los apegos que tienen los personajes hacia lugares, objetos y personas. Es así como vemos historias como la de una mujer que busca venganza hacia un amante que la abandonó chocándolo con un carro en el que depositará la frustración y el erotismo depositado en su pareja, o la vida  de una mujer, su sexualidad, sus frustraciones y alegrías narradas a través de las armas que ha poseído.

La segunda parte habla sobre la inocencia perdida. En los cuatro relatos que lo conforman sus protagonistas son niñas o adolescentes que se ven enfrentadas a hechos violentos que las cambiarán de una u otra manera para siempre (uno de los relatos, sin embargo, a pesar de ser protagonizada por una niña es bastante tierno).

La última parte se centran en las obsesiones y los miedos. Hombres y mujeres de todas clases y edades sufren de persecuciones reales e imaginarias que alteran por completo su percepción de la realidad y relaciones con los demás. Acá el perseguidor puede ser cualquiera, un hombre iracundo, la policía en pleno o las ideas de cometer un asesinato o actos indescriptibles por parte de la persona más inofensiva y menos pensada.

Aun así, la división de bloques temáticos no afectan la unidad del conjunto total. En todos y cada uno de los relatos podemos percibir con claridad ese estilo oscuro, paranoico y crudo de la autora donde la mayoría de los personajes no parecen huir de la autodestrucción sino que la abrazan con gusto.

Uno de los detalles que me llamó la atención es la fijación que tiene Oates con la duplicidad:  Esto es palpable no sólo en las acciones de sus personajes, sino en detalles tan sutiles como descubrir que en más de un relato a los personajes les encanta usar más de un nombre, ya sea dando uno falso o usando un sobrenombre que los hace sentir poderosos.


En la contraportada del libro aparece este comentario de la autora: “Mis relatos cortos son verdaderas obras en miniatura: abordan la vida entera de una persona, con un altísimo grado de condensación y concentración”, al leer esta frase en un principio sentía que era un poco soberbia, pero después de conocer los mundos de Joyce Carol Oates, quien suena constantemente como firme candidata al Premio Nobel, no puedo dejar de estar de acuerdo una y mil veces con este comentario.

jueves, 5 de marzo de 2015

Cincuenta sombras de Uribe

Cincuenta sombras de Uribe
Por: El Gato bandido

La polémica está servida. La controvertida película erótica Cincuenta Sombras de Grey ha batido records en los teatros de todo el mundo. Monseñor Ordóñez predicó desde su púlpito en la Procuraduría General que la película iba en contra de los preceptos de un buen cristiano y quien la viera estaba condenada a las llamas del infierno, lo que quintuplicó la venta de boletas en los cinemas locales.

Preocupado porque la gira internacional del Uribismo estaba teniendo menos éxito que el regreso del Chiqui García como técnico del América, José Obdulio Gaviria, el Goebbels de La Ceja (Antioquia) decidió adaptar la famosa saga erótica a tierras más cercanas, porque si el multimillonario y seductor Christian Grey logró conquistar el corazón de más de una, que no podría lograr el hombre de la mano firme y el corazón grande .

Si bien en un principio se pensó en poner a Oscar Iván Zuluaga como interés del Multipoderosísimoexpresidente Uribe, esta opción se descartó por futuras quejas que podría presentar la tolerante Viviane Morales  y el respetuoso obispo Ordóñez al ver a dos varones como protagonistas, además que a su excelencia la idea tampoco le sonó: “No era a esto de lo que hablaba cuando me refería a los tres huevitos” le dijo indignado al Heidegger antioqueño.

En su lugar se reemplazó con la ingenua reportera Vicky Gurisatti  quien al hacerle una entrevista al magnate del carisma y verle su “cosa política” cae rendida ante sus encantos de mesías paisa, quien a su vez y mientras le respondía a la voraz periodista- periodista con “Siguiente pregunta” cayó preso ante sus encantos.

El romance va viento en popa,  el seductor de votos y la periodista-periodista inician un tórrido romance mediático donde el galán no deja de cortejar a nuestra heroína con paseos en caballos de paso, cita bajo la luz de consejos comunales, participación en tierritas de Agro Ingreso Seguro, enérgicas acusaciones  contra MalSantos (el principal antagonista, que viene de una familia rival ubicada en la finca La Habana) por perseguir a sus pobres muchachitos tan inocentes ellos….

Pero sin embargo el galán político al igual que el multimillonario Grey tiene un oscuro secreto que puede poner en peligro este romance de proporciones electorales. Mientras el apuesto empresario de la novela es fanático del BDSM  (bondage, disciplina y sadismo masoquismo, que en plata blanca sería algo así como disfrutar con el dolor, similar a lo que hacen los hinchas del Deportivo Casi  cuando van al estadio), nuestro protagonista es fanático del VDSM (Votos, desfalco, sumisión y mentiras).

No sólo eso, nuestra heroína tendrá que disputarse su amor por Uribe con otras amantes de  la seguridad democrática como María Fernanda Cabal, Pilar la Playboy (por aquello de conejita) Hurtado, Paloma Valencia y la Loca de las Naranjas, quienes defenderán a grito, insulto y naranjazo limpio, el loco amor de su benefactor.

En cuanto a las sombras que acechan a nuestro héroe de las urnas, se refieren a investigaciones, acusaciones, imputaciones y denuncias hechas por la Fiscalía, jueces, periodistas y cientos de organizaciones quienes querrán de manera egoísta tener al galán tras las rejas…de sus corazones.

¿Podrán Vicky Gurisatti y el Multiexpresidente consumar su relación política? ¿Recibirá Malsantos y su malvada conspiración castrochavistadelasfar su castigo? ¿Logrará Pachito –el ayudante bobo del protagonista- ser alcalde de Bogotá? (No nos digamos mentiras, todos sabemos que esto último nunca ocurrirá) ¿Será nombrado su Señoría Ordóñez como rector  de la Universidad La Sabana?  ¿Ganará Obdulio, el Sócrates de la montaña, un nóbel por esta obra político-erótica? No se pierda la respuesta a todas estas preguntas en nuestra próxima edición gatuna…..o tal vez no. 

(Nota aparecida en la edición impresa del periódico de humor El Gato, el mejor rotativo del mundo y sus contornos)


miércoles, 4 de marzo de 2015

Nicolasito


“¡Usted no sabe  con quien se metió!” enarboló como grito de batalla el “señor”  Nicolás Gaviria, a la vez que amenazaba a uno de los policías que habían ido a pedirle que se calmara, después de causar desordenes en una de las zonas de rumba de Bogotá, con llamar a su tío, el expresidente César Gaviria, para que arreglará la situación y trasladará a los agentes al Chocó.

Finalmente se reveló que este personaje no tenía cercanía alguna con el presidente que alguna vez nos dio la “bienvenida al futuro” hace ya 25 años. El susodicho resultó ser un simple NN, un pobre diablo con plata, al parecer con tercer grado de consanguinidad con el ex mandatario quien deploró el hecho.

Veo a Nicolasito o Nico, como le deben decir sus amigos y amigas de estrato 8 de parranda, completamente ebrio, irrespetando a la autoridad, soberbio, altanero, pataleando e incluso golpeando  a los policías, y siento que a pesar de que él es solo un niño rico quien seguramente nunca ha tenido que esforzarse para obtener las cosas, refleja gran parte del pensamiento que tiene hundido a este país en el fango de la corrupción y la ineptitud.

Ustedes no saben quién soy yo, enarbolan no solamente este remedo de espécimen sino políticos, artistas y demás personas que se sienten tan poderosos, tan encima de la sociedad y las leyes que pueden hacer lo que les dé la regalada gana, como si por el hecho de haber nacido en cuna de oro les dieran carta blanca sin asumir las consecuencias de sus actos, arropados bajo un manto de impunidad e inmunidad.

Son estos  tipos de personas quienes miran por encima del hombro al resto de la sociedad. Quienes consideran que mandar a los policías a un departamento como Choco es un castigo y seguramente tratan de indios y de lobos a quienes no nacieron en  el mismo entorno de su pequeña burbuja patética, son los mismos que desde las universidades tan prestigiosas como La Sabana o Los Andes (y hablo de un pequeño porcentaje no quiero generalizar) discriminan a estudiantes pobres becados  por la  envidia de lograr con talento lo que ellos deben alcanzar con la abultada billetera de papá.

Personajes como Nicolasito son los que llegarán al Congreso o serán quienes ganen las licitaciones para las obras viales del gobierno o quienes dirijan las grandes empresas del país. Tumores nacientes y crecientes, quienes achacarán su ineptitud a persecuciones políticas contra su apellido político (porque esta especie de delfines se reproducen como ratas), quienes enfrentaran escándalos de corrupción o asesinato (remember caso Colmenares) con ‘Usted no sabe quién soy yo’ y se convertirán en nombres tristemente célebres en este país de mala memoria como los Nule, los Uribe, Merlano y tantos más para ser olvidados casi al instante por noticia como un nuevo embarazo de Shakira o una nueva lesión de un jugador colombiano de fútbol.


Todo esto me recuerda a una frase del libro Rebelión en la granja del siempre genial George Orwell. En él, los animales expulsan a los humanos de una finca y se hacen con el control de la misma. Los cerdosse autoproclaman líderes absolutos aunque anuncian que velarán por el bien común y anuncian que “Todos los animales son iguales pero unos más iguales que otros” para justificar impunidad para sus cochinadas (lamentablemente hechos comunes con nuestros porcinos locales no son coincidencia). Quizá algún día la realidad nacional, ese país invisible que va más allá del Parque de la 93, de la Zona T y de Bogotá, esa nación sedienta de odio, de sangre, ansiosa de venganza,  termine estallando en las manos de Nicolasito y su panda de amiguitos y el despertar no será agradable.